Leandro Soto Giraldo
leandro.soto@udea.edu.co
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia
Las tecnologías digitales ocupan cada vez más un espacio en nuestra vida cotidiana. Esto ha propiciado que surjan diferentes campos de estudio alrededor del desarrollo de las tecnologías digitales y su impacto en la sociedad. En el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades han aparecido distintos campos de estudio que versan acerca de lo digital; uno de estos campos es el de las Humanidades Digitales o HD. Este emerge en el contexto anglosajón a mediados del siglo XX, si bien el nombre de Humanidades Digitales se consolida en la primera década del presente siglo, la relación entre humanidades y el mundo digital se empieza a construir desde el momento mismo en que se empiezan a digitalizar los primeros archivos y corpus en humanidades (Burdick, 2012) .
Las Humanidades Digitales amplían el ámbito de las humanidades porque desarrollan las prácticas de representación e interpretación en torno a lo digital y analizan las complejidades y ambigüedades del ser humano en todos los ámbitos de la experiencia y el conocimiento del mundo (Burdick, 2012). Las investigaciones en Humanidades Digitales aprovechan las ventajas que ofrecen las herramientas computacionales y el medio digital (acceso a grandes fuentes de información, velocidad en el análisis de texto, nuevas formas de representación textual, trabajo en línea, etc.). Por eso, esta forma de trabajo permite procesar grandes cantidades de información, lo que ha propiciado el desarrollo de modelos de investigación que involucran lo cualitativo, lo comparativo, lo generativo y lo cuantitativo. Este nuevo campo permite que se creen redes de trabajo colaborativo más allá de los ámbitos locales propiciando así la cooperación interdisciplinar, lo que desemboca en una comprensión más amplia de la cultura humana.
En el campo de las HD se consideran tres momentos u olas en su desarrollo: la primera ola se da cuando se empieza a trabajar en la digitalización de archivos y en la construcción de una infraestructura tecnológica y digital para el almacenamiento y análisis de dichos archivos; la segunda ola se da en un entorno digital, en donde se trabaja en la producción de herramientas y documentos que nacen dentro del mundo digital y que permiten nuevas formas de acercarse al conocimiento y a la producción humanística. Esta segunda ola es conocida como Humanidades Digitales 2.0. (Presner, 2010). Finalmente, el filósofo británico David M. Berry plantea la existencia de una tercera ola en la cual propone que se analice el impacto de la softwarización o codificación de la cultura y los cambios epistémicos y ontológicos que se producen alrededor de lo digital para así hacer una reflexión crítica del impacto de lo digital en la sociedad y la cultura. Berry llama a esta ola de las HD ‘Humanidades Digitales Críticas’ (Berry, 2012).
El campo de las Humanidades Digitales también se ha desarrollado en el contexto latinoamericano y colombiano. Este campo es relativamente joven en nuestro país. Solo en 2016 aparece la Red Colombiana de Humanidades Digitales (RCHD) y en 2017 entra en funcionamiento la maestría en Humanidades Digitales de la Universidad de los Andes. Las Humanidades Digitales en Colombia beben de los desarrollos de las HD en el ámbito anglosajón y europeo. No obstante, algunos precursores del campo en el país buscan marcar algunas diferencias con respecto a los procesos realizados en dichos países, debido a que el contexto de emergencia y recepción en Colombia y Latinoamérica tiene considerables diferencias con los contextos anglosajón y europeo.
Las Humanidades Digitales en Colombia han despertado un gran entusiasmo debido a las múltiples herramientas y nuevas posibilidades de investigación que traen (Ver catálogo de herramientas de Humanidades Digitales para la investigación: https://weltliteratur.net/dh-tools-used-in-research/, https://bdcv.hypotheses.org/3606). Las primeras instituciones en hacer uso de las HD en el país fueron bibliotecas como la Biblioteca Virtual del Banco de la República y la Biblioteca Nacional de Colombia. También museos e instituciones que trabajan alrededor de la memoria del conflicto en el país y algunas universidades como la Universidad de los Andes y la Universidad Nacional empezaron a trabajar alrededor de las HD. Todos estos proyectos llevaron a que múltiples interesados se reunieran y formaran la Red Colombiana de Humanidades Digitales en el año 2016 y, posteriormente, la Universidad de los Andes a través de la Facultad de Artes y Comunicaciones crea la Maestría en Humanidades Digitales en el año 2017. (Afanador et al, 2020)
El desarrollo de las HD en el país ha estado concentrado principalmente en Bogotá, pero se han hecho importantes esfuerzos para expandir el campo a otras regiones del país. En 2017 se realizó el XVIII Congreso Colombiano de Historia en Medellín, y en este espacio se organizó un encuentro que buscaba reunir a los interesados en HD para así ampliar la articulación dentro del campo en el país, esta iniciativa no tuvo mucho éxito (Afanador et al, 2020). Pese a los inconvenientes, en Antioquia han aparecido algunos proyectos dentro del ámbito de las Humanidades Digitales: la Universidad de Antioquia cuenta actualmente con dos grupos de investigación: El Exploratoria HD, el cual se crea en el año 2020 al interior de la Facultad de Comunicaciones y Filología, y el CoLaV (Colaboratorio de Vinculación para las Ciencias Sociales Computacionales y las Humanidades Digitales), este fue constituido en el año 2018 y está conformado por integrantes de distintas facultades que realizan un trabajo multidisciplinar alrededor de lo computacional y lo digital. Sumado a lo anterior, en el año 2023 la Red Colombiana de Humanidades Digitales realizó el tercer Maratón HD en el campus de la Universidad de Antioquia y en colaboración con el Exploratorio HD.
Con relación a la recepción que han tenido las HD dentro de las instituciones universitarias y la academia, esta ha estado marcada por la ambigüedad. Hay quienes ven este campo con buenos ojos pero también hay algunos actores clave que tienen sus precauciones al respecto. Los promotores de las HD han asumido una posición disruptiva con relación a la universidad, han buscado proponer nuevas formas de trabajo que rompan con las formas tradicionales de investigación y de enseñanza dentro del ámbito universitario. En el ámbito de las HD se busca que exista una relación horizontal con el conocimiento, dejando de lado la verticalidad propia de la academia. Además, los humanistas digitales tratan de realizar un trabajo interdisciplinario en el que se combinen distintas áreas del saber, lo que no implica que no se realice un trabajo riguroso en investigación, esto permite un trabajo colaborativo que va más allá del ámbito investigativo local. Asimismo, las posibilidades que permiten las herramientas de HD han permitido nuevas formas de analizar, procesar y presentar el conocimiento, lo cual riñe con los procedimientos ya comunes que se han consolidado al interior de las universidades (Afanador et al, 2020; Facultad Comunicaciones y Filología UdeA, 2023; Rodríguez, 2021).
Por otra parte, desde el ámbito de las humanidades y las ciencias sociales surge la pregunta por el lugar que vienen a ocupar las HD dentro de la academia. Esta inquietud la podemos ver en los textos ‘Humanidades digitales, dejarlas ser’ (2016) de Juan Manuel Cuartas y ‘El lugar de las humanidades digitales en la crisis de las humanidades’ de Sergio Rodríguez (2021). En ambos trabajos los autores consideran que el papel que las Humanidades Digitales cumplen en la tarea de continuar y renovar el trabajo en humanidades es ambiguo. Sergio Rodríguez dice que las HD pueden darle un carácter más serio al campo de las humanidades por las posibilidades de análisis que permite la computación, pero a la vez estas se pueden convertir en motivo que profundice la crisis de las humanidades porque desaparece en cierta medida la posibilidad de conjeturar e interpretar dándole un carácter más positivista al campo (Rodríguez, 2021).
Ante este panorama, los humanistas digitales se han encontrado con algunas dificultades para desarrollar su trabajo investigativo en las universidades del país. Algunos de los reclamos más recurrentes tienen que ver con aspectos como: la falta de infraestructura tecnológica para realizar investigación en HD, la insuficiente formación en computación y en informática al interior de las facultades de humanidades, la dificultad para participar y obtener recursos para realizar investigación y finalmente aparece la dificultad para evaluar proyectos de Humanidades Digitales. Estas dificultades se dan en gran medida porque a nivel administrativo se ha invertido poco en infraestructura digital y no cuentan con metodologías de evaluación que permitan calificar y hacer el seguimiento adecuado a estos proyectos (Rodríguez, 2021; Facultad Comunicaciones y Filología UdeA, 2023; Afanador et al, 2020).
Examinando el recorrido que han tenido las Humanidades Digitales en Colombia es posible decir que su desarrollo se ha concentrado principalmente en la realización de proyectos que involucran el uso y la producción de herramientas de Humanidades Digitales para la investigación (Afanador et al, 2020; Cuartas, 2017). Entonces es posible afirmar con Presner que las HD en Colombia se ubican en lo que se ha llamado segunda ola o Humanidades Digitales 2.0, es decir, se está dando un proceso de experimentación e innovación en investigación a partir de un contenido que nace y se reproduce en el medio digital (Presner, 2010). Pero hay un espacio de las Humanidades Digitales que ha sido poco explorado en el país, espacio al que investigadores como Berry (2012) y Marino (2023) han denominado estudios críticos en Humanidades Digitales.
Los estudios críticos en Humanidades Digitales aparecen a partir de investigaciones en estudios sociales de la ciencia y la tecnología que se empiezan a preguntar por la tecnología digital, y su consolidación dentro del campo de las Humanidades Digitales se da desde el momento mismo en que se empieza a utilizar el término HD como carpa para cubrir distintos ámbitos de estudio alrededor de lo digital (Marino, 2023). Kathleen Fitzpatrick denomina a los humanistas digitales como “eruditos que utilizan tecnologías digitales para estudiar objetos de las humanidades tradicionales y aquellos que utilizan los métodos de las humanidades contemporáneas para estudiar objetos digitales” (Fitzpatrick 2011).
En la introducción al texto Understanding Digital Humanities (2012) David M. Berry propone que el estudio y análisis de software y de código se convierta en una de las áreas de trabajo de las humanidades digitales, este giro crítico en HD entendido como la posibilidad de analizar el impacto de la digitalización en la cultura, busca realizar un análisis comprensivo tanto desde los aspectos externos e internos del mundo digital. En el ámbito interno, los estudios críticos analizan los distintos elementos y herramientas digitales, los estudios críticos incluyen el análisis de código, de software, de algoritmos, de plataformas, etc. Estos estudios permiten un acercamiento a los procesos que las distintas herramientas y plataformas digitales realizan, lo que permite una comprensión más detallada del impacto que lo digital pueda tener en aspectos tan variados como la cognición, la cultura, la política, la educación, la economía, etc. Sin embargo al establecer la relación entre lo digital y lo humano, las HD recurren al conocimiento humanista para alcanzar una comprensión más completa del fenómeno digital (Berry, 2023).
Para desarrollar los estudios críticos en HD en Colombia es necesario revisar los trabajos realizados en este ámbito en los contextos anglosajón y europeo, pero también se hace necesario que los humanistas digitales empiecen a trabajar de la mano con disciplinas que investigan el impacto de la tecnología en la sociedad. En Colombia los Estudios Sociales en Ciencia y Tecnología y la Filosofía de la Tecnología han realizado una ardua labor investigativa y han trabajado por construir redes de investigación, aunque la consolidación de estos campos de estudio ha atravesado por múltiples dificultades, pero en los últimos años se han multiplicado los proyectos de investigación en estas áreas (Guerrero et al, 2023; Sepúlveda et al, 2018). Establecer un trabajo mancomunado entre humanistas digitales, investigadores sociales de la ciencia y la tecnología y filósofos de la tecnología puede ser muy fructífero. Las Humanidades Digitales pueden aportar su comprensión acerca del ámbito interno de lo digital, mientras que el campo CTS y la filosofía de la tecnología pueden alimentar el estudio de la tecnología digital con su amplio trabajo alrededor de lo tecnológico en el país.
A través de la alianza propuesta se pueden abordar múltiples discusiones alrededor de lo digital con una perspectiva amplia. En nuestro país es necesario analizar cómo el desarrollo y la construcción de infraestructura tecnológica, que permita el acceso al mundo digital, se ha convertido en elemento de desigualdad económica y social. Este tipo de desigualdades se manifiesta en ámbitos laborales, económicos, educativos, investigativos, políticos, etc. También al interior de la universidad es necesario analizar los cambios que lo digital ha generado en las formas de investigar, producir conocimiento y enseñar, y también los cambios que lo digital puede traer en lo administrativo y en la forma que la universidad llega y se presenta a la comunidad.
Si bien las HD en Latinoamérica y en Colombia han buscado desligarse de la predominancia de las Humanidades Digitales anglosajonas, es necesario que el desarrollo de este campo no se dé a través de un discurso endogámico y que se establezca un diálogo abierto y plural, esto implica estar al tanto de los desarrollos y estudios acerca de lo digital en otras latitudes y también entrar en contacto con distintas tradiciones académicas. Los estudios críticos en Humanidades pueden desempeñar un papel fundamental en la consolidación del campo de las HD en Latinoamérica y en Colombia, campo que a su vez puede jugar un papel articulador alrededor del creciente interés por lo digital al interior de la academia.
Referencias
Afanador Llach, M. J., et al. (2020). Humanidades Digitales “a lo colombiche”: Cadáver exquisito de la Red Colombiana de Humanidades Digitales. Revista de Humanidades Digitales, 5, 217. https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27837
Berry, D.M. (2012). Understanding digital humanities. Palgrave Macmillan.
Berry, D. M. (2023). DHQ: Digital Humanities Quarterly The Explainability Turn. https://orcid.org/0000-0002-7737-5586.
Burdick, A. (Ed.). (2012). Digital humanities. MIT Press.
Cuartas, J. M. (2017). Humanidades digitales, dejarlas ser. Revista Colombiana de Educación, (72), 65-78.
Fitzpatrick 2011 Fitzpatrick, Kathleen. “The Humanities, Done Digitally.” The Atlantic, May 8, 2011. https://archive.ph/FNyko.
Guerrero-C, J., Restrepo Medina, L. P., Uribe Martínez, A. G., Jaraba Barrios, B. A., & Lucio-Arias, D. (2023). Los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología en Colombia: grupos de investigación y colaboración. Información, Cultura Y Sociedad, (49), 51-69. https://doi.org/10.34096/ics.i49.12461
Facultad Comunicaciones y Filología UdeA. (27 de Octubre 2023). MARATÓN HD 1. [Archivo de Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=6IrzvY58YoM%20.
Marino, M. (2023). Introduction: Situating Critical Code Studies in the Digital Humanities. Digital Humanities Quarterly. Volume 17 Number 2. https://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/17/2/000713/000713.html.
Presner, T. (2010), ‘Digital Humanities 2.0: A Report on Knowledge’, accessed 15 October 2010. http://cnx.org/content/m34246/1.6/?format=pdf.
Rodríguez, S. (2021). El lugar de las humanidades digitales en la crisis de las humanidades. Blog de la Red Colombiana de Humanidades Digitales. https://redcolhdblog.wordpress.com/2021/04/14/el-lugar-de-las-humanidades-digitales-en-la-crisis-de-las-humanidades/
Sepúlveda Fernández, R. & Flórez Vega, G. A., & Álvarez S. (2018). Filosofía de la tecnología. Una discusión emergente en la tradición filosófica colombiana. En R. Sepúlveda Fernández (Comp.), Estudios filosóficos en ciencias, tecnologías y sociedad (pp.175-208). Barranquilla: Ediciones Universidad del Atlántico.